31 julio 2006

 

¡Muchas felicidades, Elena!

Hoy ha sido un día muy feliz para mí porque mi hermana Elena ha aprobado las oposiciones. Hace mucho tiempo que se lo merecía y, por fin, hoy ha obtenido su recompensa. Hacía muchos días que no escribía nada, estaba esperando que llegara este día para poder expresar la inmensa felicidad que siento por lo ocurrido.

Elena, ¡muchas felicidades! Por fin has ganado la tranquilidad y el descanso que merecías. Pero no sólo has ganado tú, también gana la educación en Castilla-La Mancha porque eres una profesora estupenda y prueba de ello es lo que te quieren las madres (también los padres, pero las madres son las que más se comunican con l@s profes) y l@s chic@s a l@s que les has dado clase. Además, ahora podrás dedicar toda tu energía a realizar proyectos que antes no podías realizar por falta de tiempo, inestabilidad en el destino... A ver si coincidimos en un centro y hacemos muchas de esas cosas que tenemos en mente.

Un beso, tu hermana Montse


06 julio 2006

 

Más sobre el intrusismo en la docencia

Ha habido una serie de comentarios a mi anterior post titulado "Dignifiquemos la carrera docente" que, en mi opinión, merecen ser analizados y comentados. Por ello, voy a dedicar este nuevo post al análisis y comentario de los mismos.

Así, un USUARIO ANÓNIMO dice "Nada le impide a una persona, con talento docente, adquirir los conocimientos necesarios para impartir una asignatura que le interese. Puede hacerlo incluso con pasión ... debemos reflexionar mucho antes de proponer prohibir nada. Debemos reflexionar mucho antes de proponer excluir a nadie. Excluir no es bueno".

A lo que yo respondo, estupendo, entonces ni siquiera pidamos licenciatura alguna, ya que nos ponemos a no excluir que la no exclusión sea total. Porque, ¿por qué no puede haber alguien que haya ido a la escuela sólo hasta los 9 años pero que después haya adquirido por su cuenta los conocimientos suficientes para impartir una asignatura que le interese? ¿O esta no exclusión total ya no interesa? Pues el mismo argumento vale para defender que se tenga un título distinto que para defender que no se tenga ningún título.

Por otra parte, BORIS MIR dice "Creo que es más sencillo que todo esto: hay que dar acceso a la docencia a todo aquel que esté capacitado para ello. Da igual su origen, su titulación o los propósitos que tenía al iniciar sus estudios en la universidad" y, en la misma línea, en www.docencia.es PITUFO dice: "Bueno, es cierto que ahora la profesión docente es una especie de cajón de sastre donde acaban los que no han encontrado otra cosa, pero no creo que haya que cerrar las puertas, porque la gente puede cambiar o descubrir su vocación por enseñar aunque no lo tuviera en mente al escoger la carrera".

A lo que yo respondo, claro que la gente puede cambiar, cosa legítima por otra parte, pero si yo empecé a estudiar empresariales y luego descubro que me gusta ser médico no me puedo presentar con mi título de empresariales a una oposición de medicina (aunque sepa mucho de medicina porque lo he aprendido por mi cuenta), resulta que si descubro que me gusta la judicatura, tampoco me sirve mi título de empresariales para presentarme a una oposición de juez (aunque también sepa mucho de leyes porque las he estudiado por mi cuenta), etc, etc, etc. Entonces, ¿por qué para la enseñanza vale todo? Luego decimos que nuestra profesión no tiene reconocimiento, pero si somos nosotr@s l@s primer@s que no se lo damos defendiendo cosas que en otras profesiones a nadie se le pasa por la cabeza defender. Y conste que no es que tenga el corazón cerrado, que me guste prohibir a nadie nada, ni que me crea el ombligo del mundo, como el usuario anónimo argumenta, simplemente creo que si se en todas las profesiones se exige una titulación acorde con el puesto de trabajo a desempeñar y no vale todo, por qué en la enseñanza va a ser de otra forma. Y, por supuesto, que cualquier que descubra de forma tardía su vocación docente puede entrar en la docencia, pero que haga lo mismo que yo tendría que hacer si repentinamente descubriera mi vocación de médica, cursar la carrera de medicina y después optar a un puesto de médica.

Por último, Álvaro dice "Lo que expones no es un problema exclusivo de la docencia, lo es en general de la función pública ... ¿No sería más racional que de cada centro de trabajo seleccionase de entre los funcionarios (que ya aprobaron su oposición) que fuesen candidatos a cada plaza concreta, mediante entrevistas u otros procedimientos estándar? ... Lo que propones (la limitación por estudios) la piden los informáticos desde hace tiempo, quieren el mismo "reconocimiento automático" y protección frente al intrusismo que tienen los ingenieros industriales, de caminos, etc... o los médicos, o los abogados (en tribunales), o cualquier especialidad que sea un coto cerrado ... Yo tengo serias dudas al respecto en tanto los estudios previos sean tan determinantes de la capacidad del profesional de cualquier campo"

A lo que yo respondo, bien, que no sea un problema exclusivo de la docencia no significa que no sea un problema. Con respecto a que sean los centro de trabajo los que seleccionen a los funcionarios que vengan a dichos centros digo un NO rotundo, creo que primaria el amiguismo en lugar de la valía profesional de l@s aspirantes. Si, como tú dices, lo piden l@s informátic@s desde hace ya tiempo (lo entiendo porque si hay intrusismo en la docencia en el mundo de la informática ni te cuento) y lo tienen ya conseguido l@s ingenier@s, l@s médic@s, l@s abogad@s, etc, por qué no podemos pedirlos los profesor@s, acaso no somos licenciad@s como ell@s.

Hay varias personas que argumentan diciendo que tienen serias dudas sobre que los estudios previos sean tan determinantes respecto de la capacidad profesional. Y puedo estar de acuerdo en ello. No creo que por haber estudiado una carrera necesariamente uno/a tiene que ser bueno/a en el desarrollo de su profesión. Ahora bien, también estoy convencida de que para desarrollar una profesión tiene que ser condición necesaria (es verdad que puede no ser suficiente) poseer el título de la licenciatura correspondiente y sólo eso. Y si alguien descubre su vocación tardíamente, que se licencie de su nueva vocación pero que no le valga la licenciatura que hizo en su día. Porque ya puestos a analizar, ¿realmente ha descubierto esa nueva profesión de forma tardía o simplemente hizo una carrera que creía con más futuro y luego de por casualidad, de forma oportunista y sin vocación alguna acaba opositando para profesor/a y se pasa la vida despotricando sobre la docencia?

Un saludo, Montse


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