31 mayo 2006
Reflexionando sobre la titulación en 4º de ESO
La legislación educativa vigente (LOGSE y LOCE en algunos aspectos) no deja cerrado cuándo un alumno o alumna puede obtener el título de la ESO, sino que permite al equipo docente tomar la decisión de que excepcionalmente titule un alumno o alumna aunque tenga una o dos materias suspensas, siempre que no sean a la vez Lengua y Matemáticas. Algun@s profesor@s no aprecian esta flexibilidad que ofrece la ley y prefieren que sea un legislador/a desconocedor/a del contexto sociocultural y familiar de l@s alumn@s quien decida si dich@s chic@s deben o no titular, en lugar de que estos casos excepcionales de chicos o chicas que tienen una o dos áreas o materias suspensas sean valorados por l@s componentes de la junta de evaluación que al fin y al cabo son las personas que realmente conocen la trayectoria de dich@s chic@s.
Estos compañeros y compañeras apelan a criterios como la subjetividad, el agravio comparativo y otros argumentos, a mi juicio fácilmente desmontables, para no plantearse ni siquiera la posibilidad de que algún alumno o alumna obtenga el título excepcionalmente con una o dos materias suspensas. Y así, en algunos institutos, a falta de esa ley cerrada e igualitaria que algun@s docentes desean (no olvidemos que la igualdad no es lo mismo que el igualitarismo), fabrican pseudoleyes basadas en acuerdos tácitos según las cuales los alumnos y alumnas de 4º de ESO sólo pueden obtener el título si tienen aprobadas todas las áreas y/o materias.
Esta forma de proceder, a mi juicio, no sólo vulnera la legalidad vigente, sino que crea verdaderos agravios comparativos, ya que hay centros en los que se analiza y valora si un alumno o alumna debe obtener el título aunque haya suspendido una o dos materias y otros en los que ni siquiera se analiza la situación, sino que si tiene alguna suspensa directamente no titula. Y esto, supone no respetar el principio de igualdad de oportunidades, o lo que es lo mismo, cometer una injusticia.
Me gustaría recalcar que no estoy pidiendo que de forma automática y sin reflexión previa se dé el título de la ESO a tod@s l@s alumn@s que al llegar a 4º de ESO tengan una o dos áreas o materias suspensas (aunque para normas igualitarias e injustas preferiría que titularan tod@s los que estuvieran en este caso antes de que no titule ninguno). Lo que estoy pidiendo es que se permita a la junta de profesores analizar, valorar, reflexionar y argumentar a favor o en contra de que un chico o chica titule de forma excepcional con una o dos áreas suspensas.
Y ¿por qué insisto tanto en el tema de la titulación? Porque me parece un asunto extremadamente importante por varios motivos, a saber:
Porque el título de la ESO es el título elemental y el primero que se obtiene después de 13 años de trabajo en la escuela (3 años en Infantil, 6 en Primaria y 4 en Secundaria). Y resulta bastante frustrante que después de tantos años de esfuerzo un@ se vaya de la enseñanza obligatoria con las manos vacías.
Porque este título básico les va a hacer falta para acceder a cualquier puesto de trabajo. (No se trata del título de Ingeniero Superior Aeronáutico).
Porque si hacemos las cuentas de cuántas áreas, materias, asignaturas (o como se les quiera llamar) han cursado l@s chic@s hasta llegar a 4º de ESO, nos daremos cuenta de que han aprobado muchísimas más de las que han suspendido (recordemos que sólo nos planteamos la posibilidad de que titule un alumno o alumna con un máximo de 2 áreas suspensas).
Porque si el chico o chica ha superado más de 50 áreas cursadas, eso significa que más de 50 profesores y profesoras han considerado que ha superado los objetivos generales de las etapas correspondientes (referente último de la educación), luego decidir que dich@ chic@ titule no sería una decisión irreflexiva sino una decisión fundamentada en el juicio de much@s profesionales durante mucho tiempo.
Porque hay profesor@s que aunque consideran que un alumno o alumna no ha conseguido los objetivos generales de su área o materia y, por tanto, tiene que suspender dicha área, no se oponen a que dich@ chic@ obtenga el título, sino todo lo contrario, votarían a favor de su titulación si se les planteara la cuestión.
Porque hay múltiples circunstancias que pueden hacer que un alumno o alumna tenga un mal año: problemas familiares o personales, falta de entendimiento con el profesor o profesora, dificultades reales en ciertas áreas o materias, aversión hacia alguna materia por haber tenido dificultades durante toda su etapa escolar, imposibilidad (por las causas que fuere) de atender adecuadamente a las necesidades educativas de ese chico o chica...
Por todo lo anterior, creo que deberíamos reflexionar seriamente sobre el asunto: plantearnos los pros y los contras de la decisión que tenemos que tomar, dejar a un lado la visión parcial de nuestra área o materia y apelar a una visión global e integral del progreso del alumno o alumna, pensar qué va a ser mejor para el futuro de este chico o chica (conozco muchos casos de chic@s que han repetido con una o dos y han acabado suspendiendo siete), darnos cuenta de que -quizá- el sistema no ha sabido responder adecuadamente a las necesidades y características de ese chico o chica, percatarnos de que no somos perfectos y que a veces sin quererlo nos equivocamos (en métodos, plateamientos...) y, finalmente, ser un poco generos@s teniendo en cuenta que se trata de adolescentes (sabiendo todo lo que la adolescencia conlleva).
Yo, personalmente, cuando se me ha planteado un caso así he preferido siempre dar oportunidades antes que quitarlas y he reflexionado sobre por qué un chico o chica no ha conseguido los objetivos conmigo pero sí con la mayoría de l@s profesor@s del equipo docente. Y, por ello, siempre he optado por solidarizarme con la valoración de la mayoría y he apostado por el voto favorable a la titulación de ese chico o chica aunque mi materia siguiera suspensa.
Para terminar, también me gustaría insistir en que no hablo del caso de alumn@s que deciden abandonar una materia, sino del caso de alumn@s que se han esforzado y finalmente no han sido capaces de superar los mínimos. Y doy por supuesto que l@s alumn@s se esfuerzan cuando se les ofrece una posibilidad (adaptaciones curriculares no significativas y seguimiento personalizado), porque claro si de antemano se les hace saber que van a suspender... Sinceramente, ¿alguien se esforzaría sabiendo de antemano que no tiene nada que hacer?
Un saludo, Montse
Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, pero hay quien no esta dispuesta a darla.
Hay quien no echa la vista hacia atrás y recuerda sus tiempos de adolescencia, porque aunque no tienen ni punto de comparación con los de ahora seguro que también existieron casos de estos.
Por ello, lo primero es mejor pensar la situación y después buscarle solución y expresar la opinión.
Creo que no has hecho otra cosa que dejarnos bien claro lo que realmente significa la palabra excepcional, sin que por ello se haya abierto la tierra para tragarnos, sin que a nadie lo hayan tenido que ingresar, sin que hayamos empezado a experimentar terribles convulsiones, sin que la palabra profesional haya desaparecido del mapa, sin que la frase "somos serios" se haya desprendido de la placa de mármol blanco en la que algun@s la habían esculpido a fuerza de trabajo, esfuerzo, constancia, profesionalidad, integridad, espíritu, sabiduría, nobleza, casta y justicia.
En fin, he querido esperar un día por si caíamos fulminados por un rayo diabólico pero veo que se puede hablar de excepcionalidad sin que todo se vaya al carajo.
Un saludo
Un saludo
El hilo de este post no versa sobre el uso (correcto o no) del símbolo "@"; tu comentario tampoco tiene mucho que ver con lo que se debate, lo que me viene a decir que estás totalmente de acuerdo con el mismo. Eso, sin duda, es gratificante.
En cuanto a lo de "@", curiosamente hace un tiempo ya escribí sobre esto, así que si te interesa y no te lo has leído nunca lo puedes ver aquí:
El uso de @
Lo que sí te puedo asegurar es que, como docente, me preocupan el hilo sobre el que versa este post: la titulación, la nueva ley de educación, etcétera... vamos, lo importante. Para lo demás, ya están los usuarios anónimos.
Recibe un cordial saludo
¡Sorprendente que hayas extraído como tema principal de mi reflexión el uso de la @! Tú debes ser de l@s que han sufrido los estragos de la maléfica LOGSE porque no tienes ni idea de extraer las ideas principales de un texto, ¡lástima!
No obstante, si quieres que entremos en el análisis del tema que planteas (que no es el tema que yo planteaba, por si no te habías dado cuenta), entramos.
En primer lugar, te diré que sé que la @ no se corresponde con ninguna letra de nuestro alfabeto, que en nuestra lengua se utiliza el plural masculino para referirnos al genérico masculino y femenino y que el uso de la @ puede ser gramaticalmente incorrecto porque viola las normas gramaticales. No obstante, como para mí las normas morales están por encima de las normas gramaticales, me declaro desobediente con respecto al cumplimiento de ciertas normas gramaticales con la intención de fomentar el cumplimiento de ciertas normas morales. (Fíjate Gandhi se atrevió a desobedecer más allá de las normas gramaticales, ¡me gusta ese Gandhi!) .
Entenderás, entonces, que cuando yo utilizo la @, lo hago, no porque sea políticamente correcto o incorrecto, paso de esas pamplinas, sino porque quiero hacer hincapié en el hecho de que en el mundo existimos hombres y mujeres, no iguales, pero sí con los mismos derechos. Y como esos derechos están reconocidos sólo legalmente pero no son todavía auténticos derechos reales, pues yo me salto las normas gramaticales con la intención de fomentar la puesta en práctica de valores como la igualdad entre hombres y mujeres, cosa que a mí me parece más importante. (Además, no le permitían a Juan Ramón Jiménez pasar de la ortografía, ¿por qué no voy a poder yo tomarme esta pequeña licencia, máxime cuando es por un fin noble? ¿o es que además vamos ser clasistas?).
Por otra parte, te diré que el uso de una lengua está impregnado de valores. Y, como resulta que los valores dominantes han sido y siguen siendo el no reconocimiento de la igualdad de derechos entre ambos sexos, pues nuestra lengua transmite esos valores que a mí me resultan abominables y que, bajo ningún concepto, quiero ser cómplice de su transmisión. Además, como tú bien sabrás, el uso de una lengua acaba cambiando ciertas normas, motivo por el cual yo me empeño en usar la @, para ver si así vamos consiguiendo poco a poco cambiar ciertas normas de nuestra lengua por ciertas otras que no estén impregnada de valores que nunca debieron existir.
También te diré, que he de reconocer que esta obsesión por recalcar el masculino y el femenino cuando hablo o escribo no es una idea original mía (¡ya quisera yo!), la aprendí de una excelente orientadora que hubo en mi centro allá por el curso 96-97, y como me gusta copiar lo que alguien hace bien (eso sí, reconociendo siempre la fuente de la que bebo) pues aquí me tienes @ que te @.
Por todo lo anterior, no es que no sancione a un chico o chica por incumplir la norma gramatical a la que aludes, sino que además lo alabo por tan loable acción. Y, de paso, me detengo en el análisis del porqué del uso de la @. ¿Tú crees que deberían abrirme un expediente por tal atrevimiento?
Por último, decirte que te agradezco tu crítica, pero permíteme sólo hacer una corrección, has escrito genéricos sin tilde y lleva tilde, es que cuando un@ se permite el lujo de corregir tiene que estar abiert@ a ser corregid@. ¿O es que quizá tú también tienes unos fines morales tras dicha transgresión de la norma gramatical? Si es así, házmelo saber, por favor.
¡Ah!, al iniciar tu comentario diciendo "de momento una crítica" das a entender que me vas a hacer más. Las espero con impaciencia e ilusión, pero si puede ser que hagan referencia al tema objeto de reflexión, ¿vale?
Un saludo, Montse
Salu2. MªÁngeles Guerrero
He leído el artículo y hay partes sobre las que no estoy de acuerdo:
- ¿Por qué de una vez no acabamos ya con esto de valorar el esfuerzo o valorar el interés o valorar ...? A mi parecer esto está haciendo que el alumnado se esfuerce cada vez menos ya que sabe que luego, con una buena actitud y estudiando la tarde antes se va a llevar el título. Creo que hay que ser un poco más estricto en estas cosas. Cuando salgan a la vida nadie les va a regalar nada. ¿O te aprueban unas oposiciones por buena actitud? ¿O te contratan para un trabajo por ser un buen chico y haberte inscrito con voluntariedad en la oferta?
Yo creo que deberíamos reflexionar un poquito más sobre estos aspectos y subir el nivel de exigencia y así los prepararemos para la vida "real".
No sé, decidme lo que pensáis.
Saludos.
Aunque intente convencerles de que las cosas no son así, entiendo que llevan su parte de razón. Alguna vez me he planteado que no estaría mal darles el título, pero aquellos que quieran seguir con el Bachillerato deberían examinarse de esos conocimientos que en su momento no superaron.
Con respecto al tema del esfuerzo y cómo constatarlo, he sufrido largos claustros y prefiero no repetir el tema aquí.
Lo malo no sólo es que pase esto en una etapa obligatoria (allá nosotros si no sabemos qué es evaluar), sino que por inercia se aplica también en Bachillerato, donde alumnos con un 1 en un examen son aprobados por votación en la que participan profesores que ni siquiera les han dado clase. Eso está pasando en mi centro desde 2005 y la administración educativa está encantada porque tenemos unas estadísticas de éxito académico que antes no había; claro... luego llega la PAAU. Pero eso ya "no es nuestro problema".
Me parece muy fuerte, la gente que espera aprobar la eso por su cara bonita y sin haber hecho nada en todo el año.
Porqué seamos sinceros el nivel de la eso es muy bajo y no tendrían que tener ningún tipo problema en aprobar
Y si no sirven para estudiar que se dediquen a otra cosa.
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